Luego de un procedimiento quirúrgico, nuestras mascotas tienen tendencia a lamerse la zona afectada. Sin embargo, si se la lame y se muerde, puede hacerse daño, abriéndose los puntos de la herida o incluso llegando a infectársela. Por esto, usamos los clásicos “collares isabelinos”, ya que aseguran que el proceso de recuperación más seguro.
Estas feromonas, con acción análoga a las secretadas naturalmente durante
la maternidad y a las feromonas faciales felinas, ayuda a controlar
conductas inadecuadas en los felinos.